Hola, bienvenid@ a este espacio.
Llevo mucho tiempo pensando qué escribir en mi primer post.
Demasiada reflexión y poca acción, impropio en mí.
Compartiré contigo un pensamiento que escribí casi a la vez que decidí crear esta página, ahí va:
Si las leemos desde afuera, solamente con los ojos, resulta casi imposible verlas. Pero si leemos desde adentro, con el alma, en cada vida hay excepcionalidad.
Para que ello sea posible, ver desde el alma, la multitud abruma, pero la individualidad apasiona.
Individualidad, no individualismo.
Llegados a este punto, ¿qué significa ser una persona normal?
¿Qué significa tener una vida normal? ¿Qué es la normalidad? ¿Cuál es la norma?
En estos tiempos, ¿o quizá siempre fue así?, lo aparentemente normal es extraordinario.
Cuanto mas pensamos, sentimos e interiorizamos nuestra ordinariedad, más nos embutimos en la parálisis fruto de la impotencia, la desazón, el desánimo o el miedo.
Contranutura.
Ante esto, parálisis o, un escalón superior, lucha o, la simbiosis entre el todo y el yo, fluir.
El Yo no es el ego que desea gobernarte, es el Ser de Luz que palpita en tu interior.
Llevo mucho tiempo pensando qué escribir en mi primer post.
Demasiada reflexión y poca acción, impropio en mí.
Compartiré contigo un pensamiento que escribí casi a la vez que decidí crear esta página, ahí va:
La Historia se escribe en mayúsculas, aunque
se fabrique en letras minúsculas.
Al menos las historias que me suscitan
interés, las de las personas normales, con vidas normales a las que le suceden
cosas normales. ¿O quizá no tanto?Si las leemos desde afuera, solamente con los ojos, resulta casi imposible verlas. Pero si leemos desde adentro, con el alma, en cada vida hay excepcionalidad.
Para que ello sea posible, ver desde el alma, la multitud abruma, pero la individualidad apasiona.
Individualidad, no individualismo.
Llegados a este punto, ¿qué significa ser una persona normal?
¿Qué significa tener una vida normal? ¿Qué es la normalidad? ¿Cuál es la norma?
En estos tiempos, ¿o quizá siempre fue así?, lo aparentemente normal es extraordinario.
Cuanto mas pensamos, sentimos e interiorizamos nuestra ordinariedad, más nos embutimos en la parálisis fruto de la impotencia, la desazón, el desánimo o el miedo.
El miedo muchas veces paraliza. Aunque disfrazado de enfado, rabia,
tristeza, pereza o ansiedad, es miedo. O huyes, o atacas o te inmovilizas.
El mundo se mueve, lo quieras o no, se
mueve a una velocidad de vértigo, y todos estamos dentro.
Cuando supe que la Tierra viajaba por el
espacio a 240 kilómetros por segundo, me sorprendí reflexionando ante la
pasividad y paralización de las personas y del conjunto de personas que
conviven en el mismo escenario. Contranutura.
Y una cosa es ir a contracorriente,
conozco perfectamente esa sensación, y otra bien distinta vivir en contra de la
Naturaleza, de la energía que mueve la Vida.
La vida que crea energía, o la
transforma como dirían los puristas.
Ante esto, parálisis o, un escalón superior, lucha o, la simbiosis entre el todo y el yo, fluir.
El Yo no es el ego que desea gobernarte, es el Ser de Luz que palpita en tu interior.